(DECLARACIÓN PUBLICADA)
Revista Forbes
20 de diciembre de 2004
(Texto completo de la carta publicada en la revista)
El presidente de la Soka Gakkai, Einosuke Akiya,
responde a Forbes
Carta de protesta por “Sensei’s World” [El mundo de Sensei], artículo publicado en la edición del 6 de septiembre de 2004 de la revista Forbes, en el cual se describía a la Soka Gakkai como una organización “siniestra”. [Traducción indirecta y extraoficial] |
27 de agosto de 2004
Revista Forbes
60 Fifth Avenue
Nueva York, NY 10011, USA
Al editor:
La ostensible queja de Benjamin Fulford y David Whelan sobre la exención impositiva otorgada a las organizaciones sin fines de lucro es un pretexto apenas disimulado para lanzar un ataque virulento contra una organización budista con sede en Japón y contra sus filiales dentro de los Estados Unidos. Solo un espacio ínfimo del artículo trata sobre temas impositivos; el resto, por el contrario, presenta la imagen distorsionada de una organización “siniestra” que planea dominar el mundo. La organización de que se trata es la Soka Gakkai, y lo único siniestro que defienden sus miembros es la armonía internacional y la paz del mundo. Soy el presidente de dicha organización y puedo asegurarle a usted que la Soka Gakkai no tiene la más absoluta semejanza con el “imperio” “sombrío” e “incomprensible” descrito por los autores.
Además, los responsables de la nota simplemente se equivocan sobre los hechos. Su peor error está en la idea de que la Soka Gakkai fue de alguna manera responsable por la muerte de una concejala japonesa, acaecida en la década de 1990. No logro comprender por qué Forbes publicó esa burda acusación, dado que hace ya años, los tribunales de Tokio dictaminaron que esta careció de fundamento y tuvo en verdad carácter difamatorio. Los autores del artículo admitieron que habían tenido acceso a los expedientes de la corte. ¿Simplemente no los leyeron o prefirieron ignorar su contenido? Los responsables de la nota no pueden señalar ningún ejemplo de la “violencia, el chantaje y la intimidación” a los cuales la “secta” supuestamente recurre, por la simple razón de que la Soka Gakkai y sus organizaciones afiliadas jamás se han involucrado en esa clase de comportamiento, que consideran en extremo repugnantes.
Entre otros errores, se incluye la noción de que la Soka Gakkai y sus organizaciones afiliadas exigen “diezmos”. No es verdad. No se requiere ni un centavo de nuestros miembros. Es también falsa la idea de que el presidente honorario de la Soka Gakkai, Daisaku Ikeda, es el autócrata de una suerte de “imperio”. El señor Ikeda no ejerce el más mínimo control sobre las entidades afiliadas y por cierto no dictamina la manera en que estas responden a sus autoridades fiscales locales. Y dado que cada entidad cumple con las leyes tributarias de los países en que opera, la insinuación dentro del artículo de que existe evasión fiscal carece absolutamente de fundamento.
Estas son solo algunas dentro de la miríada de inexactitudes de la nota. Los lectores de Forbes necesitan adquirir cierta perspectiva.
Atentamente,
Einosuke Akiya
Presidente