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Fueron diversos los motivos que tuvo la Soka Gakkai del Japón para ingresar en el campo de la política: 1) salvaguardar la garantía constitucional de la libertad religiosa y asegurar que el estado nunca volviera a servirse de la religión para infringir la libertad de las personas o para justificar la guerra; 2) representar a los hombres y mujeres comunes dentro de un sistema político dominado ya fuese por los intereses de las grandes empresas o por enormes sindicatos de trabajadores; y 3) enfrentar la corrupción del gobierno e instaurar una perspectiva ética dentro de la política japonesa. Basada en las anteriores motivaciones, la Soka Gakkai del Japón comenzó a presentar candidatos para las elecciones locales en 1955 y para las nacionales, al año siguiente.
Todas las organizaciones de la Soka Gakkai Internacional existentes fuera del Japón han dejado claramente establecida su postura de no involucrarse en la política interna de ningún país, y siguiendo los principios de la carta orgánica de la SGI, alientan a sus miembros a ser buenos ciudadanos y a contribuir con la prosperidad de la sociedad.
“LA POLÍTICA DEBE ESTAR AL SERVICIO DEL PUEBLO”
En 1994, el entonces presidente de la Soka Gakkai, Einosuke Akiya, afirmó en una conferencia de prensa: “La Soka Gakkai, en aquel momento [1955], era un grupo de gente común, carente de toda notoriedad. Muchos de ellos eran personas que trabajaban, sin ninguna organización que los agrupara, en pequeñas y medianas empresas. Dentro de la sociedad japonesa, se los excluía del ámbito del gobierno, tanto política como económicamente. […] Nosotros estábamos convencidos de que esa era la gente a quien la política debía prestar mayor atención. Sentíamos que tal era la tarea primordial de la política. […] Teníamos el convencimiento de que la política debía estar al servicio del pueblo, que tenía que estar en manos del ciudadano común en lugar de utilizarlo a este como instrumento para sus propios fines. Y para concretar todo ello, debíamos contar con políticos humanitarios y de excelente talla moral, que no se inclinaran ante la autoridad. Con esa idea, enviamos a nuestros representantes a la Cámara Alta. El segundo presidente Josei Toda urgió ardientemente: ‘¡Jóvenes, vigilen de cerca la política!’, pues le preocupaba sobremanera que la indiferencia del público por tales cuestiones favoreciera la corrupción en las áreas del gobierno”. [2]
OPRESIÓN POR PARTE DEL ESTADO
La Soka Gakkai está comprometida a oponerse a aquellos individuos en el poder que intentan sacar provecho de la religión. Durante la Segunda Guerra Mundial, el estado japonés utilizó la religión, en especial, la ideología del estado sintoísta, para imponer un sistema de control de pensamiento sobre la población y otorgar carácter sagrado a sus intenciones bélicas. La resistencia a dicho sistema culminó con el encarcelamiento del primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, quien falleció en prisión en 1944, acusado de ser un “criminal ideológico”, dejando a la organización prácticamente devastada. La experiencia alertó a los miembros sobre la necesidad de vigilar de cerca el curso de la política japonesa y de proteger la libertad religiosa, de reunión y de expresión, a lo largo del proceso de reconstruir y expandir la Soka Gakkai después de la guerra.
GOBIERNO LIMPIO
A medida que aumentaba el número de legisladores locales y nacionales respaldados por la Soka Gakkai, estos comenzaron a ejercer una cierta influencia en la política del país. Con el deseo de cumplir con sus responsabilidades políticas y sociales, estos legisladores establecieron el partido Komeito en 1964. (La traducción literal de komei es ‘gobierno limpio’ y to ‘partido’.) El Komeito es un partido de centro, que obtiene fondos a través de su propia gestión y no cuenta con el apoyo financiero de la Soka Gakkai como organización.
Hoy, la Soka Gakkai de Japón, al igual que muchas organizaciones religiosas importantes de ese país, brinda su respaldo a candidatos a puestos de elección popular. Pero la Soka Gakkai no proporciona apoyo económico de ninguna clase a los candidatos o a los partidos políticos de estos. Si bien el mayor respaldo lo reciben hoy quienes se postulan por el Nuevo Komeito (3), en ocasiones la Soka Gakkai apoya también a postulantes individuales de otros partidos. El Nuevo Komeito integra la coalición bipartita que gobierna el Japón, junto con el Partido Democrático Liberal (LDP, por sus siglas en inglés). El propósito del Komeito es proporcionar una visión humanística de la política y contrarrestar la tendencia del Japón a reincidir en el nacionalismo. El partido tiene una sólida trayectoria en la creación de reformas de bienestar social, protección ambiental, construcción de la paz global, promoción de los derechos humanos y lucha contra la corrupción.
SEPARACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA RELIGIÓN
Es necesario destacar que el Artículo 20 de la Constitución del Japón estipula la separación entre el estado y la religión. Huelga decir que el espíritu que anima dicha cláusula es el de garantizar la neutralidad religiosa del estado, no la neutralidad política de los grupos religiosos. Más aun, a lo largo de su trayectoria de cuarenta años, durante los cuales formó parte del gobierno y ocupó puestos ministeriales en más de una ocasión, el Komeito nunca presentó legislación alguna o ejerció su influencia política para que la Soka Gakkai sea favorecida con alguna forma de privilegio o estatus especial. Para mayor información sobre la postura del Komeito con respecto a la relación de la política y la religión, ver http://www.komei.or.jp/en/about/view.html